Ciudad de noche - Voz de la Esperanza

Relaciones

En este viaje tan interesante y apasionante llamado vida, nos podemos enfrentar a diversas situaciones. Algunas de ellas, situaciones llenas de gozo, alegría y esperanza. Otras de ellas, amargura, tristeza y soledad.

Cierta vez, un amigo me comentó que aunque caminara mil veces el mismo sendero a casa; siempre se hacía más placentero y rápido cuanto tenía a alguien con quién conversar.

Hace un par de meses atrás atravesé uno de los senderos más difíciles que he atravesado en la vida. Junto con el grupo de Guías Mayores de mi Iglesia tuve la oportunidad de ir de campamento a un hermoso parque natural en el estado de Arkansas, Estados Unidos.

Sendero difícil.

El sendero fue bien difícil para mí no solamente porque era un campamento de supervivencia en temperaturas bajo cero o porque mi mochila pesara aproximadamente 70 libras; sino porque era cerca de la media noche y mi lámpara se había quedado al fondo de mi maleta, imposible de sacar.

Esos fueron los 50 minutos más duros caminando sobre rocas, arroyos, puentes improvisados por árboles caídos y ¡sin poder ver por dónde caminar!

Lo que hizo este trayecto más llevadero fue la ayuda y apoyo de todos los que estábamos allí, cargándonos unos a otros, bromeando sobre el camino, descansando de rato en rato y cantando algunos coritos.

En el trayecto borrascoso, lleno de rocas, lama y basura; pendientes escalofriantes, y temperaturas insoportables como lo es muchas veces la vida, ¿haces uso de tu Lámpara (La Palabra de Dios) y de buena compañía (El Espíritu Santo)?

O tal vez preferimos caminar solos, menospreciarnos los unos a los otros, buscar la voz de este mundo (televisión, películas, noticias) y hacer de nuestro caminar un proceso todavía más doloroso.

Dios nos dice en su Santa Biblia: “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y Lumbrera a mi Camino” Salmo 119:105.

No olvides tener tu Lámpara a mano, siempre tener en cuenta la presencia de buena compañía (El Espíritu Santo, familiares y amigos en la fe) y por sobretodo, alabar a Dios en cada cosa que pensamos, hacemos, publicamos y conversamos.

Dios te bendiga y guarde siempre.

Autor: Jeser Ordonez-Calderon