¿Jehová nunca dio?

Uno de mis versículos favoritos es Job 19:25-27. Es esta cita, Job hace una muestra de poderosa confianza en Aquel en quien sabe que nunca va a defraudarle, complementando sus declaraciones en el versículo de Job 1:21

Sus palabras “Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito” son siempre utilizadas por cristianos de todas las edades para aceptar, que, aunque duele algo que ya no está, se reconoce que el Dador de la vida trabaja diariamente por nuestro bienestar.

Pero hoy quiero referirme a lo que “Jehová nunca dio”.

Probablemente has estado orando cinco, diez, quince, treinta, cincuenta años; toda una vida por algo o alguien y tu oración no ha sido contestada. O por lo menos no como quieres.

A veces nos frustramos, caemos en depresión y lloramos pensando en lo inútil que es seguir orando por ello.

Sin embargo, no nos ponemos a pensar que probablemente el propósito de esa oración no sea el motivo por lo que estamos orando sino el acto de orar.

Orar nos permite avanzar en nuestra relación con Cristo de maneras increíbles. Podría enumerar cientos de beneficios sobre la oración, pero hoy quiero enfocarme en la alabanza.

El enunciado de Job es una alabanza. Bendice al Creador del cielo y la tierra dándole honra y honor por las cosas que ya no están en su vida, las cuales alguna vez disfrutó.

Hoy quiero invitarte a unirte a esa alabanza, añadiendo, además, las cosas que Dios nunca te dio.

Podríamos decir entonces “Jehová dio, Jehová quitó o Jehová nunca dio; sea el nombre de Jehová bendito”

¿Te unirías conmigo en esta alabanza?

Que Dios te de su paz.

Autor: Jeser Ordonez-Calderon